Claves para una limpieza dental de diez

Cuando el dentista nos explica cómo nos tenemos que cepillar los dientes correctamente, salimos de consulta con colutorio en mano dispuestos a hacerlo así el resto de nuestra vida. Pero, lejos de la realidad, terminamos cayendo en el automatismo a los pocos días.

Y es que cada vez dedicamos menos tiempo a nuestro cuidado personal, pero con un poco de voluntad y creando nuevas rutinas podremos tener una higiene correcta que podrá prevenir muchos problemas bucales.

Antes explicar los pasos de cómo lavarse los dientes, recordar que tenemos que hacerlo un mínimo de tres veces al día, después de cada comida principal, o si podemos llevar un cepillo dental de viaje en el bolso, también se podría hacer después de los almuerzos y meriendas.

Tendemos a pensar que con un buen cepillado dental será suficiente para una limpieza óptima, pero lejos de ser así, hay muchos pasos indispensables que debemos hacer antes y después.

Espacios interdentales

Antes de coger el cepillo, debemos de tener en cuenta que debemos limpiar bien los espacios interdentales, ya que las cedras pueden no llegar a cepillar bien estas zonas.

Dependiendo de la disposición de los dientes de cada boca será más indicado el uso de los cepillos interdentales o de la cinta o hilo dental. Recuerda utilizar siempre cinta o hilo dental con cera para evitar que dañe las encías, y en el caso de cepillos interdentales el que mejor se adapte a la disposición de tus dientes. Enjuaga con agua después de este paso para arrastrar todas las partículas que hayan podido quedar.

Por lo general este paso se solía hacer después del cepillado, sin embargo, al hacerlo después se podrían quedar restos de suciedad en la boca que podrían provocar luego sarro u otros problemas.

Lengua

La gran olvidada en las higienes bucales y probablemente, la causante de la mayoría de los problemas del mal aliento. Y es que en la lengua se deposita una gran cantidad de bacterias y sustancias que pueden provocar halitosis.

Para limpiar la lengua hemos de utilizar los limpiadores linguales (o raspador lingual), siempre de dentro hacia fuera por los lados y por en medio. Esta acción se ha de hacer cada mañana ya que por la noche es cuando más se acumulan bacterias y suciedad en la lengua. 

El cepillado

Primero de todo, asegúrate que escoges un cepillo dental adecuado a tus necesidades y una pasta dental que contenga siempre ion fluoruro, ya que es la molécula más efectiva contra las caries.

La cantidad de pasta que hay que utilizar es la de un guisante aproximadamente, o un tercio del cepillo de dientes, y hacer movimientos que comiencen desde las encías hasta el final de los dientes. Los expertos recomiendan que el cepillo esté en una posición inclinada con respecto a las encías (45 grados) para así no dañar las encías.

El enjuague

Uno de los errores que más se repiten en la higiene bucal es el enjuague, ya que en la mayoría de los casos, nos enjuagamos la boca después de cepillarla con agua. ¿Por qué es un error? Pues porque todo el flúor que contiene la pasta que se ha de quedar adherido a nuestros dientes para evitar las caries lo estamos diluyendo con ese agua... así que ¡Qué mejor para enjuagarnos la boca que un mismo enjuague! Un buen enjuague bucal contiene Flúor que ayudará a prevenir las caries y el mal aliento.

Al igual que las pastas de dientes, existen diferentes tipos de enjuague bucal, cada uno específico para las diferentes tipos de situaciones.


Y hasta aquí podríamos considerar una limpieza diaria completa... Aunque se podrían comentar algunos tratamientos "extras" como los sprays para el mal aliento o la sequedad, los geles bioadhesivos para sensibilidad dental o gingivitis. 

Además de técnicas de limpieza semanales como pueden ser los irrigadores que ahora también los puedes tener en tu casa.








 


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